Pasta con salsa de morron cremosita

Empecemos por preparar los Pimientos morron, y para quitar la piel de los pimientos, cúbrelos con un una delgada capa de aceite de olivo y luego colócalos en el horno o en un grill o directo en la hornilla de tu estufa y cocine hasta que la piel comience a carbonizarse ligeramente, moviendo los pimientos hasta que estén uniformemente carbonizados por todos lados. No necesita pasar demasiado timepo ni quemarlos por completo para lograrlo ya que para este plato no queremos resalar el ahumado. Una vez tatemados los chiles, colócalos en un recipiente y cúbralo con plástico adherente o film o una bolsa y déjelo al vapor durante 15 minutos para que suden y puedas retirar fácilmente la piel.

Mientras se sudan los chiles al vapor, corta la cebolla y el ajo en láminas finas. En un recipiente que no este directo al fuego, coloca media taza de agua hirviendo y coloca los chiles de árbol a que se rehidráten, al pasar un par de minutos y estén suaves, puedes retirar del agua los chiles y cortarlos para retirar la semillas si no quieres que tenga un poco de sabor picosito. Reserva un poco del agua donde los hidrataste.

A estas alturas, los pimientos ya deben estar listos y sudados, retira de la bolsa o contenedor y con un cuchillo, quita la piel de los pimientos, quita las semillas y el tallo y córtalos en rodajas finas.

En una olla de agua fría con sal, empieza a hervir el agua para la pasta.

En otra cacerola, a fuego medio-alto, agrega unas cucharadas de aceite de oliva y una vez caliente coloca las cebollas para que se empiecen a cocinar y una vez que se ablanden y empiecen a ponerse traslúcidas, sazona con sal, y agrega los pimientos. Cocine por unos minutos hasta que las cebollas estén completamente translúcidas y suaves y comiencen a dorarse ligeramente. Luego agrega el ajo, las hojuelas de chile, los chiles de árbol rehidratados y cocine hasta que el ajo se ablande y comience a dorarse ligeramente alrededor de los bordes. Agrega dos cucharadas de pasta de tomate y luego incorpórelas a las cebollas y pimientos y cocina durante 2-3 minutos. Pasa esta mezcla al vaso de la licuadora, y licuado profusamente. Hazlo con cuidado ya que al licuar cosas calientes, siempre debes de colocar tu mano, con un trapo de cocina, para sostener y detener la tapa mientras licúas para que el calor no la bote o haga saltar. Pasa al mismo sartén donde la sofreíste previamente y ahora agrega la crema, baja el fuego a medio y cocina por unos 5 minutos o hasta que la crema se haya espesado. Deje enfriar un poco y mezcla de nuevo hasta que quede suave y tersa a la vista. Tal vez esta salsa sea mucha para una sola porcion para ti, puedes reservar y guardar el resto en el congelador.

Agregue la pasta al agua hirviendo y comience a cocinar la pasta. Esto puede llevarte de 8a 12 minutos, revisa el empaque de la pasta que hayas utilizado, y comprueba que este lista probándola con cuidado ya que estará caliente.

Agrega la cucharada de mantequilla fría al sartén, regresa la salsa nuevamente a la sartén y ponla a fuego lento hasta que la pasta esté de nuevo caliente y ajusta la sazón probándola.

Antes de que la pasta este cien por ciento cocida es decir al dente, agregar la pasta a la cacerola con la salsa y cubre la pasta con la salsa con una cuchara tratando de envolverla toda. Luego de 1 a 2 minutos, una cucharada o dos del agua de la pasta, combine con salsa y la pasta hasta que la pasta esté perfectamente al dente. Apaga y retira del fuego, ralla un poco de queso pecorino romano encima y revuelve hasta que esté cremoso y espeso y luego sirve y difrútalo.

Esta salsa es tan versátil que una vez que la hayas disfrutado y probado, puedes empezar tu también a hacer variantes; agregando proteína como camarones o pollo a tu plato de pasta lo haces aun más completo y personal.